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Apresó al dragón, que es la serpiente antigua,(A) y que es también el Diablo y Satanás, y lo ató durante mil años; luego lo arrojó al abismo y lo encerró, y selló la puerta, para que no volviera a engañar a las naciones hasta el cabo de los mil años. Después de esto es necesario que se le suelte por un poco de tiempo.

Vi entonces unos tronos, y sobre ellos estaban sentados los que recibieron la autoridad para juzgar.(B) También vi las almas de los que fueron decapitados por causa del testimonio de Jesús y por la palabra de Dios. Ellos son los que nunca adoraron a la bestia ni a su imagen, ni aceptaron jamás llevar su marca en la frente ni en las manos; y éstos volvieron a vivir y reinaron con Cristo durante mil años.

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